La creación de Adán

El ser humano se esfuerza bastante por acercarse a Dios; pero, sobre todo, es Dios el que hizo, hace y hará el mayor esfuerzo por acercarse a nosotros.

La caída del hombre

El mal es la ignorancia del bien, la ausencia del bien; esto es, la ausencia de Dios en la vida del hombre.

Dios hecho hombre: Jesús

El plan de redención de Dios es el propósito de la existencia de la Iglesia iniciada por aquellos doce que aceptaron el llamado.

El día del juicio final

El ser humano no ha sido creado solo para morir, sino que ha sido creado para vivir eternamente: feliz o infeliz.

Fe y razón

La fe no es verdadera sin razones que la fundameten y la razón no es completa sin la presencia de la fe.

19 de enero de 2012

¿Es el maestro un filósofo? En: RIESGO DE EDUCAR.

RESEÑA CRÍTICA

BUENDÍA, Cesar. Año 5. Numero 9, 2010, pp. 13-26.

Para toda persona que por vocación trabaja o estudia educación, le resultará importante, con relación a su desarrollo como docente, lo escrito por el padre Cesar Buendía en este artículo. En efecto, la forma en cómo presenta el trabajo y el perfil de un verdadero maestro llama la atención desde el principio y más cuando se adentra uno en la lectura. Y es que el autor, de nacionalidad española, es también docente: fue profesor del Seminario Menor, el colegio Claret, entre otras instituciones educativas y actualmente enseña en la Universidad Católica Sedes Sapientiae; es Doctor en Teología y Licenciado en Filosofía y Letras, Pedagogía.

El artículo, de trece páginas, fue publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae en la revista mencionada arriba, de la Facultad de Educación. Consta de tres partes: la primera trata sobre maestro como filósofo; la segunda son apuntes sobre asuntos relacionados a lo anterior, que complementan o refuerzan el artículo, y la tercera es la conclusión que enmarca todos conceptos presentados en el desarrollo en una propuesta final. Una presentación de imágenes y notas al pie de página completan el texto.

¿Es el maestro un filósofo? ¡Sí! Tanto el filósofo como el maestro tienen el mismo objetivo: buscar la verdad, amarla y darla generosamente a otros. Buendía relaciona de manera muy sistemática el papel que desempeña el maestro en la sociedad con el ideal de la filosofía y también el de la Iglesia. En base a ese concepto va a presentar todas las características del perfil de un verdadero educador: El maestro tiene deseo de verdad, ama la verdad y el bien, es digno de máxima confianza, da el sentido de la vida, es un don para la sociedad, su misión es sagrada porque es la obra de Dios, merece honra, corrige en valores, es el que ama. Cada una de estas características son expuestas por el sacerdote de manera correlativa para declarar con toda firmeza, aunque ya lo venía haciendo en el transcurso, que el maestro es un filósofo, uno que no simplemente explica la verdad, sino que la presenta para que la realidad cambie. Los dos apuntes que siguen son análogos a la hipótesis del autor: en el primero relaciona los criterios de la teología pastoral con los del educador demostrando, con ello, que el papel del maestro es el mismo que el de la iglesia: la enseñanza de la verdad, es decir, Dios mismo; en el segundo, reflexiona sobre los diversos modelos educativos que se han llevado a cabo, pero que no han logrado el objetivo en su totalidad.

Dos son los aspectos más significativos de este artículo. En primer lugar, es beneficioso la forma en cómo Buendía ha expresado sus conceptos, ya que son fáciles de entender; es decir, el usa un lenguaje sencillo que favorece al lector el entendimiento del tema, que no es superfluo, sino profundo; efectivamente, uno llega a comprender que el maestro es un filósofo no en la teoría, sino en la práctica permanente de su objetivo y que, por ello, la educación tiene un valor muy grande. En segundo lugar, el método de «ir paso a paso», esto es, explicar poco a poco el porqué de la respuesta a la pregunta del tema facilita la aceptación puesto que mediante la lógica, el análisis y la experiencia se cae en la cuenta de que es verdad todo lo expuesto.

El artículo que se comentó aquí es una significativa contribución a la comprensión de la importancia vital del maestro y en general de la educación, en la cual no debe faltar Dios, ya que no sería una educación verdadera, no se buscaría la verdad. Es crucial que se dé a conocer este tipo de reflexiones, pues tratan de lo que atañe a todos, de nuestro desarrollo como personas. Además, ayuda al que se está preparando para ser docente, y al que ya está ejerciendo, a tomar conciencia de la responsabilidad que está tomando en sus manos y que, por tanto, debe tomarla con mucha seriedad y pasión.

Referencias:
Pintura de Jan Steen "El maestro de escuela".

ACERCA DE LAS OPINIONES (ROMANOS 14:1 – 15:6) PARTE 2

CAPÍTULO III: CRISTO, EL MEJOR EJEMPLO EN LA PACIENCIA Y CONSUELO (15:1-6)
«Así que, nosotros los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación. Pues ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: LOS VITUPERIOS DE LOS QUE TE INJURIABAN CAYERON SOBRE MI. Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza. Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.» (LBLA, 1997)

NO AGRADARNOS A NOSOTROS MISMOS (v. 1-2)
Términos griegos:
Debemos: Gr. ofeílo (en ciertos tiempos) su forma prolongado ὀφειλέω ofeiléo; probablemente de la base de G3786 (mediante la idea de acumular); deber (pecuniariamente); figurativamente estar bajo obligación (deber); moralmente fallar en el deber:-deber, deuda, deudor, necesario.
Bueno: Gr. Agadsós, palabra primaria, «bueno» (en cualquier sentido, a menudo como sustantivo):-favor, bien, bueno, buenas cosas. Hace referencia al bien espiritual (v. 2).


V. 1 «Así que…» indica que Pablo continua hablando del mismo tema en este capítulo. Los «fuertes» eran los que entendían que comer carne era aceptable, y Pablo se identificaba con ese grupo, diciendo: «los que somos fuertes». La palabra «debemos» se refiere en el griego a una deuda u obligación que tienen los fuertes para con los débiles. Las deudas que tenemos son, en primer lugar, «soportar las flaquezas de los débiles». En el contexto, «soportar» (de bastazo) no significa tener paciencia (tolerar), sino soportar en el sentido de cargar, sostener. Los que son verdaderamente fuertes entienden que Dios les dio la fortaleza para ayudar a los que no son tan fuertes. Van al paso de sus hermanos más débiles. Segundo, los fuertes no deben agradarse a ellos mismos. Estos a veces deben renunciar a los deleites personales por el bien de los demás. Significa que no debemos insistir en hacer lo que deseamos sin considerar las necesidades de los demás. Significa que nos preguntaremos: «¿Cómo afectará a los demás mi búsqueda de satisfacción personal?».


V. 2 – Como cristianos, por el amor que nos tenemos, debemos siempre buscar el bien de los demás. Si nos consideramos «fuertes» debemos hacerlo aún con más razón, siempre buscando la edificación espiritual de nuestros hermanos, porque de esa manera nosotros también nos estaremos edificando. Ganaremos grandes bendiciones de Dios por practicar el amor fraternal con sinceridad.


NI AÚN CRISTO SE AGRADÓ A SÍ MISMO (v. 3-4)
Términos griegos:
Consuelo: Gr. Paráklesis (G3870); imploración, exhortación, solaz:-exhortación, confortar, consolación, consolar, consuelo.
Vituperio: Gr. oneidismos (G3680) reproche, difamación. Se emplea en Ro 15:3; 1Ti 2:7; He 10:33; 11.26; 13.13.


V. 3 – Privarse de la libertad de actuar es un gran sacrificio, pero estamos en el deber de hacerlo como discípulos de Cristo pues ni aún Él se agrado así mismo. Jesús se sacrifico así mismo para rescatarnos de la perdición del pecado (2 Co 8:9; Fil 2:5-8; Tito 2:14). «Los vituperios... sobre mí» (Sal 69:9). «Te» se refiere a Dios, y «mí” a Cristo (aunque en el Salmo primariamente se refiere a David. Las profecías siempre tienen doble sentido). Cristo recibió y sufrió los reproches dirigidos al Padre, porque al resistir los judíos a Jesús al Padre resistían. Pero, si Cristo pudo soportar nuestros reproches y pecados, ¿no podemos nosotros los cristianos sobrellevar las enfermedades y debilidades (escrúpulos, opiniones) de nuestros hermanos en Cristo? La vida de servicio de Cristo es nuestro ejemplo en este caso.


V. 4 - «Las Escrituras» La frase se refiere a las del Antiguo Testamento. No fueron escritas solamente para el beneficio de los judíos bajo la ley de Moisés. (Ro 4:23,24; 1 Co 10:11). Pablo acababa de citar un pasaje del Antiguo Testamento (Sal. 69:9) y lo aplicó al cristianismo. Es importante que el cristiano estudie el Antiguo Testamento para obtener la paciencia y la consolación que se encuentran en él. Con esta paciencia podrá soportar a los débiles y al hacer bien en sacrificio personal tendrá consolación, las dos cosas que producen esperanza. Leyendo alguno el Antiguo Testamento se entera de cómo Dios trata a los hombres con principios eternos, y estas lecciones son útiles para todo el tiempo. Sirven para el propósito aquí especificado: conducir al lector a la paciencia y a la consolación, cuando contempla las narrativas allí registradas.


PEDIR A DIOS POR LA UNIDAD Y ASÍ SEA ÉL GLORIFICADO (v. 5-6)
Unánimes: Gr. Jomodsumadón, adverbio de un compuesto de la base de G3674 y G2372; unánimemente:-acuerdo, común, unánime.


V. 5 – Esta es la oración de Pablo por la unidad de los hermanos en Roma. Dios nos da paciencia y nos consuela de diferentes formas; sin embargo, en el contexto, Pablo se refería a la forma como Dios produce la paciencia y el consuelo en nosotros por medio de las Escrituras. «El mismo sentir» es el espíritu de unidad que debían tener en cuanto al espíritu de sacrifico personal por el bien y la edificación de todos (especialmente de los débiles), agradando cada quien a su hermano, y no a sí mismo. Nadie, ni judío ni gentil, deben sentir que tiene derechos superiores sobre otros hermanos. David roper escribió: «La siguiente es una lección que necesitamos aprender: No tenemos que estar de acuerdo en todo para que seamos de “un mismo sentir”. De hecho, la unidad sería imposible si tuviéramos que estar de acuerdo en todo. (Jamás he visto a un grupo en el cual las diferencias de opinión no existen)».


V. 6 – ¿Por qué es importante ser de «un mismo sentir»? Considere en oración lo siguiente: «… para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo». Ser de un mismo sentir es esencial para adorar como debemos. Nada destruye la adoración como lo hace el antagonismo en los corazones de los adoradores. Cuando vamos a adorar a Dios con animosidad en nuestros corazones para con nuestros iguales cristianos, nuestra disonancia en espíritu es sin duda tan ofensiva para Dios, como lo es la disonancia en el canto para el oído.

CONCLUSIÓN
En la iglesia que estaba en Roma había hermanos judíos y gentiles, quienes tenían diferentes estilos de vida por su misma cultura. Al convertirse al cristianismo todos pasaron a convivir juntos al reunirse como iglesia para aprender de la palabra de Dios como lo hacemos hoy en día. Y como hemos visto, en congregaciones mixtas siempre van a existir diferencias de opiniones, obviamente en cosas secundarias que no afectan la doctrina de Cristo ni la salvación del creyente. Tal es el caso de la comida, que ya hemos aprendido. Durante el antiguo pacto de Dios con la nación de Israel, el acatar este acto era un mandamiento, pero ya en el nuevo pacto con Cristo para con todo el mundo (ya no con una nación) no era un mandamiento. Y su practica no era obligatoria, no era esencial para la salvación, pero el que quería hacerlo bien podía.


Pablo menciona a cristianos «fuertes» y a cristianos «débiles», no con el fin de hacer sentir mal a los receptores de la carta, sino mas bien para que se dieran cuenta, en especial los que se mantenían en la posición de no comer carnes, que no era necesario que se abstuvieran y aprendieran que su salvación no dependía de eso. Ninguno de nosotros debemos tratar de hacer prevalecer nuestra opinión en temas secundarios, sino buscar la manera de hacer que todos salgamos beneficiados y edificados espiritualmente para que de esta forma la unidad no se rompa. Recordemos que somos siervos y que por lo tanto, estamos al servicio de los demás así como Cristo mismo.
Hermanos en Cristo, preocupemos mejor en defender la doctrina de Cristo, lo que él ha enseñado, no lo que nosotros pensamos. Empecemos a defender el evangelio de todos aquellos falsos maestros que están por el mundo enseñando opiniones de hombres. Esa es nuestra prioridad. Si no, entonces la oración de David en el Salmo 51:10-15 se convierten en nuestra:
 «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti. Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza.» (LBLA, 1997)


APÉNDICE

PROPÓSITOS DE LA ABSTENCIÓN DE ANIMALES PUROS E IMPUROS (LEVÍTICO 11)

En cuanto al capítulo 11 (y de he­cho, todo el libro) lo más importante no es la explicación de por qué ciertas cosas se clasifiquen como inmundos. Lo impor­tante es el «qué» y no el «por qué». Por ejemplo, se ha metido en el estudio la cuestión de lo que es o no es higiénico o por qué cierto animal o ave no sería indi­cado para ser comido, etc. Pero repito: lo más importante es el «qué» y no el «por qué». El israelita tenía que observar estas distinciones para no contaminarse a sí mismo, a otros y aun el tabernáculo de reunión.
Las designaciones «limpio» e «inmundo» se usaron para definir la clase de animales que los israelitas podían o no comer. Había varias razones para establecer esta dieta:

  1. Para evitar asociaciones censurables. Desanimar a los israelitas de emigrar a otros países, y de comunicación general con el mundo; para evitar que adquiriesen familiaridad con los habitantes de los países que lindaban con Canaán, de tal modo que cayeran en su idolatría y fuesen contaminados con sus vicios; en fin, la de tenerlos como pueblo distinto y peculiar. Para este propósito, ninguna diferencia de credo, ningún sistema de política, ninguna diversidad de idiomas o costumbres, era tan útil como una distinción de las carnes, fundada en la religión; y como resultado, los judíos enseñados por su educación a aborrecer muchos artículos de alimento libremente comidos por otros pueblos, nunca, ni aun en los períodos de gran degeneración moral, podrían amalgamarse con las naciones entre las cuales estaban desparramados.

  2. Para distinguir visiblemente a Israel de otras naciones. El puerco, por ejemplo, era un sacrificio común de las religiones paganas. Sacrificio común de las religiones paganas. Los Cananitas no solo comían los animales que Jehová prohibió, pero también otros, como el perro. Además, muchos de esos declarados inmundos eran "sagrados" entre los paganos, y sacrificados a sus dioses, como el puerco.

  3. Asegurar la salud de la nación. Los alimentos prohibidos eran por lo general animales que merodeaban en la basura y se alimentaban de animales muertos; por lo tanto podían transmitir enfermedades. Muchas leyes del Pentateuco promueven la buena salud; son buenas reglas higiéni­cas. La carne de los animales limpios es mejor alimento; digo "es" porque aún es así aunque ahora la ley de Moisés fue quitada. La carne de muchos animales aquí clasificados como inmundos, en todas partes, pero especialmente en climas cálidos, es menos sana y menos adecuada para alimento que aquellas que se les permite comer.

  4. Para que aprendan a distinguir entre lo puro y lo impuro. Este énfasis en la pureza o la inmundicia era parte del plan divino para enseñarle al pueblo de Israel la diferencia entre las dos condiciones. La tarea de aprender a distinguir entre lo santo y lo inmundo no sólo era responsabilidad personal e individual de los sacerdotes, sino que tenían la obligación de enseñarla al resto del pueblo de Israel (10.10, 11).


BIBLIOGRAFÍA
The Lockman Foundation, LA BIBLIA DE LAS AMÉRICAS, La Habra California, 1997.
William Hendriksen, “Comentario al nuevo testamento: ROMANOS”, Libros desafío, Michigan EE.UU., 2001.
Mathew Henry, “Comentario Bíblico de Mathew Henry”, Editorial Clie, Barcelona, 1999.
William McDonald, “Comentario Bíblico de William McDonald”, Editorial Clie, España, 2004.
Larousse, “Diccionario ilustrado 2005”, Ediciones Larousse, Barcelona, 2005.
Craig S. Keener, “Comentario del contexto cultural de la Biblia: Nuevo testamento”, Editorial Mundo Hispano, Texas EE.UU., 2006.
James Strong, “Nueva Concordancia Strong Exhaustiva de la Biblia”, Editorial Caribe, Inc, una división de Thomas Nelson, Inc. Nashville, TN—Miami, FL, EE.UU., 2003.
David Lipscomb y J.W. Shepherd, Comentarios del nuevo testamento: Romanos, Gospel Advocate Co., Nashville, Tenn., 1967
Bill H. Reeves, notas sobre romanos, San Antonio, Texas, Noviembre, 1964.
Rick Meyers, E-SWORD, versión 8.0.6.