La creación de Adán

El ser humano se esfuerza bastante por acercarse a Dios; pero, sobre todo, es Dios el que hizo, hace y hará el mayor esfuerzo por acercarse a nosotros.

La caída del hombre

El mal es la ignorancia del bien, la ausencia del bien; esto es, la ausencia de Dios en la vida del hombre.

Dios hecho hombre: Jesús

El plan de redención de Dios es el propósito de la existencia de la Iglesia iniciada por aquellos doce que aceptaron el llamado.

El día del juicio final

El ser humano no ha sido creado solo para morir, sino que ha sido creado para vivir eternamente: feliz o infeliz.

Fe y razón

La fe no es verdadera sin razones que la fundameten y la razón no es completa sin la presencia de la fe.

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10 de febrero de 2013

EL SENTIDO RELIGIOSO EN LOS NIÑOS

Palabras clave: sentido religioso, valores morales, diálogo didáctico

RESUMEN
Este artículo tiene como objetivo estimular el sentido religioso en los niños de educación primaria, a través del diálogo didáctico. Consideramos que en una realidad como la nuestra, la pérdida del valor humano ha aumentado y en consecuencia origina una crisis de vida. Esta afecta a toda la sociedad, incluyendo a los niños que están dentro de la escuela, porque se ha alterado la convivencia y la interacción afectiva entre compañeros. 

A fin de responder a esta situación se busca incentivar el sentido de vida con un enfoque humanista a través del diálogo didáctico y así realizar los valores morales enseñados por Jesús, Dios y hombre verdadero. 

INTRODUCCIÓN
Actualmente se evidencian hechos muy desagradables que dañan a la misma persona, como lo son el homicidio, el robo, la corrupción, el bullyng y una lista grande más de antivalores. Haciendo una reflexión pedagógica surgen estas preguntas: ¿cuál es el papel que debe desempeñar el docente en la actualidad frente a estas situaciones? y ¿por qué se acrecienta la deshumanización entre los más pequeños?

En la escuela, los niños reflejan actitudes negativas que han sido influenciadas por otros. Muchas veces se presencia la violencia física y verbal entre compañeros. Existe un egocentrismo en el que solo se busca el propio bien personal y no el del otro. Por otro lado, las relaciones interpersonales de diálogo y escucha han disminuido por la falta de interés de aquello que propone el maestro al enseñar. 

Este artículo propone partir del valor humano del sentido religioso que es la esencia de la persona. En este caso con referencia a los niños. Si bien la formación religiosa del niño le pertenece a los padres, también los docentes tienen parte de responsabilidad en estimular su lado espiritual porque es una de las dimensiones del educando. 

Por ello se tomará en cuenta el área de educación religiosa, ya que contribuye al desarrollo y crecimiento integral de los estudiantes, con una formación en valores. Dicha área parte de la capacidad del niño para ejercer decisiones morales de acuerdo a su edad y maduración. En este sentido, creemos que la educación religiosa en la escuela ha sido parcialmente descuidada, porque se ha venido dejando de lado su enseñanza y práctica, desarrollando al contrario otras áreas que se consideran más importantes. 

Por eso, al darle el interés adecuado al área de religión, se estimulará el sentido religioso en los niños, como capacidad innata de nuestra naturaleza que nos ha sido dada por Dios. Con ello queremos favorecer el conocimiento de la existencia de esa dimensión en cada sesión de clase. 

Para llevar a cabo el despertar de esta capacidad, se propone crear un ambiente dialógico en el aula, en donde se evidencie la interacción entre compañeros con una apertura al diálogo tolerante y respetuoso. Asimismo, difundir las enseñanzas de Jesucristo que son de gran soporte a nuestras vidas en la actualidad. Por eso, con el compartir de los comentarios, el intercambio de opiniones y las experiencias cotidianas habrá un mayor interés por la clase de religión y sobre todo se les formará espiritualmente con los mensajes que se transmite. 

Para fundamentar nuestra propuesta nos basaremos primero en significativos educadores y críticos que previamente han abordado el tema del sentido religioso. Después en estrategas que proponen el diálogo como maneras didáctica para estimular esta capacidad. Entre ellos destacan: Luigi Giussani, Antonio Pérez, Saturnino de la Torre, Antonia Pascual y Josep M. Puig. Por otro lado, nos será de mucha utilidad los aportes del psicoterapeuta Carl Rogers, con su enfoque humanista, y Kohlberg referente al desarrollo moral en las personas. 

Finalmente, reafirmamos que el diálogo como estrategia didáctica puede despertar la sensibilidad a los problemas sociales de su entorno y puede humanizar desde muy pequeño a la persona, su despertar en la conciencia de su razón frente a su existencia y propósito en la vida.

DESARROLLO: EL SENTIDO RELIGIOSO A TRAVÉS DEL DIÁLOGO DIDÁCTICO

El interés de la investigación-acción surge por estudiar sobre cómo el niño puede ser sensible con sus compañeros de aula y no recurrir a la violencia. Buscamos un sentido, una razón que nos explique por qué se vuelve tan difícil la sensibilidad humana en niños, por qué nos cuesta tanto entender a los demás y por qué olvidamos nuestro lado humano. 

Todo ello surgió a raíz de la práctica pre-profesional I, cuando se fue observando la falta de sensibilidad humana hacia el otro estudiante, parecía que se iba perdiendo. Lo que sobresalía en el aula de primaria eran los golpes, los insultos, los apodos sobre la apariencia física, las burlas cuando un compañero pasaba por alguna dificultad y las palabras soeces. 

Asimismo, otra situación que observé en las aulas de diferentes colegios fue que el área de religión no era tomada en cuenta en ciertas ocasiones. En el horario que le correspondía se enseñaba el área de Matemática o Comunicación. Si se realizaba la clase de religión solo consistía en una transcripción de la pizarra al cuaderno o en resolver algunas fichas de aplicación. 

En mi proceso de búsqueda, había preguntas que se repetían sin cesar: «¿qué es lo que está sucediendo en los niños? » «¿Será indisciplina? » «¿Por qué no respeta a su prójimo? » «¿Tendrá que ver con la falta del valor humano? Y si es así, ¿por qué el área de educación religiosa no contribuye a la mejora de su humanidad? » «¿Se estará dando la debida importancia a esta área?» 

Nuestro primer análisis fue partir de la lectura del Diseño Curricular Nacional, especialmente el área de educación religiosa, para dar respuestas a algunas de las interrogantes. Allí encontré que actualmente se vive una crisis del sentido de la existencia humana, que da origen a una deshumanización. Por ello, el área parte del valor humanizador de lo religioso para el desarrollo y la formación integral de la persona. Tanto en el plano personal y social rescata los valores que dignifican al ser humano y aquellos que contribuyen al desarrollo de todos y cada uno de los miembros de la gran familia humana. (DCN 2009:271) 

De esta manera comprendimos, cual es la importancia del área de educación religiosa. Entonces era necesario crear un ambiente comunitario dentro de la escuela y saber sobre lo que nos ha enseñado Jesucristo como humano y maestro verdadero. 

Las ideas que acabamos de resumir y comentar se centran en dos grandes conceptos que desde nuestra perspectiva merecen una explicación más detallada. Se trata de las nociones de sentido religioso y diálogo didáctico.

Clarificación del significado del sentido religioso

Durante el inicio de las sesiones de las prácticas pre-profesionales II, III y IV se introdujo algunas interrogantes a los niños para que despierten su curiosidad, tales como: «¿ustedes conocen a un hombre que realmente fue fuerte y que podía vencer a muchos enfrentándose él solo?» «¿qué saben sobre ello?», etc. 

Los niños respondían, pero generalmente daban respuestas que tenía que ver con personajes de dibujos animados. Entonces empecé por contar algunas historias bíblicas que a los niños les llamó la atención y ellos se veía una necesidad de seguir escuchando; asimismo, observé la sed de conocer más sobre los personajes bíblicos. Comprendí que la palabra de Dios no solo me servía para educarlos espiritualmente sino que servía de mucho para motivarlos y para ver resultados agradables en lo que los estudiantes expresaban sus opiniones y podían extraer el mensaje que puede ser aplicado en su vida cotidiana. 

El sentido religioso es una capacidad innata de la persona; se considera de importancia estimularla a los más pequeños, porque así comprenderán la identidad que nos ha sido dada, que es nuestra humanidad y reconocer el Hecho Cristiano en la práctica educativa. Esto es la base en la enseñanza de los niños, para ayudarles a descubrir su humanidad. 

Indicamos a continuación algunas citas de autores que aclaran los conceptos indicados: 
«Entre todas las capacidades de nuestra naturaleza, el sentido religioso es, sin duda, la fundamental, ya que todas las demás se refieren a bienes parciales, mientras que éste se refiere al bien final y definitivo. Por lo tanto, la capacidad natural que constituye el sentido religioso en cierto modo reúne en sí todos los fines de las demás capacidades de nuestra persona.» (Giussani 1994:18)
«El sentido religioso es la capacidad que tiene la razón de expresar su naturaleza profunda en un interrogante último; es el “locus” de la conciencia que el hombre tiene de su existencia.» (Giussani 2005:85) 


«Ser humano es aquí, un adjetivo calificativo que indica esta cualidad moral de condolerse por los otros. Lo que llamamos educación, entendida como formación, es el esfuerzo por dirigir las influencias que puedan hacer al hombre humano, capaz de sentir la raíz común de esa humanidad (…) Ser indiferente al dolor ajeno o, incluso, gozar con él son signos de una mala educación. Como lo es el no saber compartir la alegría ajena o la propia.» (Carvallo 2011) 
Es importante esta formación en los niños, porque es una de las dimensiones de personalidad del estudiante y una exigencia imprescindible que está inmersa en él. Por ello, busqué con esta investigación que los niños vivan el sentido de religiosidad, la vivencia de Dios y valoren su humanidad, el don preciado que trasciende. Y esto es para que a medida que crezca no pierda su relación con Dios y en el momento que empiece sus cambios de modo de ser pueda discernir entre el bien y el mal. 

A los niños se les debe aclarar el sentido de la vida, que es comprender que Dios nos creó para ser felices, para vivir en armonía y en amor con ellos mismos, con los demás y la naturaleza, según su identidad. A cada uno lo hizo único e irrepetible, libre, con razonamiento, con voluntad, con dones, para que cada uno de nosotros pueda llegar a alcanzar una vida plena yendo al encuentro con Él. 

Una de las fuentes que aportó en la formación del sentido religioso fue el esclarecimiento sobre Jesús, quien no escribió ningún libro de pedagogía pero ejercitó su función de maestro de un modo muy especial. 
«Jesús fue maestro con la palabra y con el ejemplo, absolutamente libre y entregado a su misión, que partió siempre de las alegrías, temores y esperanzas de la gente e hizo de la pregunta y de la parábola caminos para alimentar la reflexión y el encuentro con la verdad que salva la vida. Practicó como nadie la pedagogía del testimonio, la pedagogía del amor, la pedagogía de la creatividad, la pedagogía de la libertad y la pedagogía de la crítica o de la pregunta.» (Pérez 2006:105) 
Jesucristo es el mejor modelo de maestros y de modelo humano, porque asentó las bases de la compasión y comprometió su cuerpo, alma y mente en su quehacer diario. El testimonio de vida de Jesús sirve para educar a los niños en su relación con Dios. 

Siguiendo con la búsqueda de cómo educar el sentido religioso es necesario saber el aspecto evolutivo religioso en los niños y el desarrollo moral. Toda persona tiene una capacidad universal del juicio moral que debe desarrollarse en el trayecto de su vida, solo se necesita descubrir y estimulara su capacidad para ejercer decisiones morales de acuerdo a su edad y maduración. 
«Cuando el niño aborda el mundo, lejos de ser un adulto en miniatura, lejos de diferenciarse de él solo por la cantidad de nociones, tiene su propia manera de percibir la realidad, tiene su propia estructura mental coherente y dotada de sentido, partiendo se “su” punto de vista. Y esto es lo que debemos comprender los adultos cuando pretendemos juzgar los comportamientos morales del niño.» (Gillini y Zattoni 1999: 123) 
Con el transcurrir del tiempo, los niños aprenden a distinguir entre lo bueno y lo malo, entre la amabilidad y la crueldad, entre la generosidad y el egoísmo. Sin embargo, se quiere que el niño pueda tomar decisiones respecto a ellos.

El niño hace gestos religiosos a partir de sus propias necesidades de acogida y de crecimiento. Su religiosidad es egocéntrica que, sin embargo, puede llevarlo a compartir formas comunitarias e intuir un cierto significado incluso en los ritos. Las primeras sorpresas y sentimientos de admiración ante las cosas, los seres vivos, las personas son las primeras ocasiones de aproximación al sentido religioso. 

Es importante que el docente sea auténtico para enseñar el sentido religioso; es decir, no ser rígidos o fingir algo que no es. En otras palabras, el docente tiene que ser capaz de comunicar su propio juicio, el cual debe ser gran credibilidad sus palabras, sobre todo cuando muestre como son los hechos. 

Carl Rogers con su enfoque humanista propone algunas actitudes básicas para el profesor, en cuanto a crear un clima que permita el desarrollo personal del estudiante. Porque es necesario para el proceso de una valoración significativa. 

La autenticidad del docente se refleja en su persona. El educador advierte con claridad las actitudes que adopta y acepta sus propios sentimientos. Una persona que puede enojarse, pero también ser sensible o simpática. Acepta sus sentimientos como suyo, no necesita imponerlos a sus alumnos, ni tratar de que ellos se sientan del mismo modo y deba ser capaz de aceptar al alumno tal como éste es y comprender sus sentimientos. (Carl Rogers 2000:253)

Clarificación del diálogo como estrategia didáctica 

En la práctica pre-profesional V, después de ver la necesidad de estimular el sentido religioso, se planificó mejor las estrategias para llevar a cabo un ambiente comunitario y dialógico dentro del aula, en donde se aperturase la opinión de los niños; la reflexión a través de la interrogación didáctica y narraciones bíblicas; las actividades en la que se plasmaran sus consejos para mejorar la conducta, y las manualidades para que expresaran su fe en Dios a través del trabajo en equipo. 

Poco a poco se fue aplicando la propuesta de mejora en el aula de tercer grado de primaria con treinta y dos niños de la institución educativa N° 3050 “Alberto Hurtado Abadía” EBR. 

Por lo expuesto en el marco teórico, se desarrolló el diálogo como estrategia didáctica con un enfoque humanista. Estos son los resultados favorables del diálogo al aplicarse como estrategia: 
  • Abrirse al otro
  • Acogerle
  • Respetarle
  • Escucharle
  • Comunicarse
  • Utilizar un lenguaje común
  • Compartir la reflexión y la critica
  • Darse serenidad y tiempo mutuamente
  • Desechar: el miedo, la excesiva prudencia, el trato irónico o despectivo. 

Siendo el diálogo una capacidad básica en todo ser humano, debemos ejercitarla a los estudiantes desde muy pequeños, para que escuchen atentamente y hagan uso de la palabra adecuada. A través de la interacción del diálogo es más agradable los aprendizajes sobre Dios, se descubre un mayor interés dentro de la clase de religión y la orientación a lo reflexivo se transforma en un comportamiento de nuestro andar. 

La experiencia humana es más interactiva porque habrá un espacio para hablar y escuchar. Habrá un aporte de todos de un interés que como tal es parcial, pero que, en un conjunto de relaciones ordenadas, ayuda a crear con el docente, y con los demás, una madurez unitaria, más completa. (Giussani 2009:110) 

La intervención del niño con sus palabras genera en su compañero una idea más amplia, en la que a veces concuerdan, o si no aportan conceptos más claros. A medida que haya una participación, ellos construyen su aprendizaje y esclarecen los temas a tratar. 
La participación democrática en la escuela necesita un espacio donde la palabra y el dialogo sean los protagonistas. Un momento en el que el alumnado y el profesorado se planteen los temas del trabajo y vida escolar. Tema para debatir, es decir, pensar opinar, escuchar los diferentes puntos de vista, buscar argumentos y mejores posiciones, acordar normas, soluciones y proyectos de acción. En este proceso de dialogo conseguirán analizar los hechos que preocupan y acordarán soluciones, pero sobre todo ampliarán la comprensión acerca de sus compañeros. (Puig1999:20) 
La estrategia dialógica es útil y pertinente para las sesiones de clases y es flexible para llevar a cabo en el área de religión. Para ello solo se necesita adecuarse al grado y preparar los materiales para que los niños tengan mayor interés. Una vez ejecutada una actividad se procede a dialogar con los estudiantes sobre lo que se ha realizado u observado para que todo no quede como una simple motivación. El diálogo como estrategia didáctica puede ejecutarse con la interrogación, con el debate, con la conversación informal, con la dramatización, con la solución a problemas cotidianos y con el trabajo en equipo. «La comunicación abierta dentro del aula sobre lo que desean compartir es útil para la formación religiosa, pues el diálogo es la forma de expresión humana más antigua, más interactiva, más creativa, más profunda para llegar a la mente y al corazón de las personas.» (De la Torre 2002:229).

También, para que el diálogo no quede como un simple hablar, es recomendable que se elabore una actividad manual hecha por el equipo, en donde participen activamente apoyados por cada compañero. Asimismo, el trabajo en equipo manifiesta los intereses de los niños en lo que se hace más palpable su conversación, contextualizados para abordar los temas de religión. «Una escuela basada en la participación no se puede limitar a dar la palabra a los alumnos y alumnas, sino que también tiene que poner en sus manos la realización de tareas concretas. La participación se consigue con la palabra y los hechos.» (Puig1999:20) 

Los trabajos manuales realizados en equipo favorecerán a ejercitar el trabajo participativo. Entonces, una actividad concreta sería el resultado de la palabra que facilita la reflexibilidad sobre el propósito del tema abordado en el área. El resultado de la acción cooperativa sobre los materiales elaborados por los niños es mucho más significativo. Palabra y acción ampliarán la comprensión de su humanidad. 

La aplicación y el procedimiento del diálogo como estrategia didáctica 

A los largo de las prácticas pre-profesionales se fue perfilando el diálogo como estrategia. En la experiencia inicial se apuntaba al trabajo en equipo, pero haciendo uso del registro del cuaderno de campo se clarificó que las actividades incentivadas a la búsqueda del sentido religioso se acercaba más a una interacción más humana, que es el diálogo. 

Hemos tomado como referencia a los catedráticos Josep Puig y Antonia Pascual, quiénes aportan estrategias para una educación en valores y el desarrollo humano. 

 En primer lugar, se evaluó una prueba de entrada sin aplicar la propuesta de mejora, que es el diálogo como estrategia didáctica para estimular el sentido religioso. Obteniendo los resultados de esta prueba se evidenció que si fue necesario aplicarla. 

En segundo lugar, se planificó las sesiones de acuerdo al área que está relacionada con el problema que se identificó y se aplicó la propuesta de mejora. 

Por último, se tomó una prueba de salida para verificar los resultados de cuán productivo ha sido la aplicación de la hipótesis de acción. 

Por consiguiente, con los treinta y dos alumnos de tercer grado “B” del colegio No 3050 “Alberto Hurtado Abadía”, se realizó el siguiente procedimiento en las sesiones del área de educación religiosa: 

El primer día, la profesora estableció las “reglas del juego”: escucharse, participar y comunicarse. Además, el modo cómo van a trabajar y las actitudes que facilitan el clima de libertad y confianza mutuas; hablará de la conveniencia de que todos tengan la mayor participación posible, si bien ninguno será obligado a hacerlo si no lo desea. 

El docente como orientador de las actividades, es importante que procure conocer pronto los nombres de todos los niños y mantener una relación personal cercana. (PASCUAL 1999:57) 

También se debe generar el compromiso en los niños involucrándolos con gestos que le gusten. Por ejemplo empezar con una canción haciendo mímicas, una petición a Dios, un juego reflexivo, etc. 

Se hará una breve introducción del docente con expectativas, emociones o anécdotas para luego proceder con la interacción verbal que se realiza con la interrogación didáctica. Al principio se harán preguntas simples que motive a dar respuestas de los niños, sin temor a equivocarse y a considerar de mucha importancia su participación. 

Luego, se cuenta la historia bíblica que se ha programado de acuerdo al grado encargado. Al terminar, se invita a que el niño exprese su comentario. Se realizan preguntas de cómo actuaron los personajes, expresando sus actitudes positivas como negativas. A veces la participación se hace de forma individual, donde el estudiante quiera expresarse de forma general para comunicar algo importante a sus compañeros. El docente, incentiva a otros que puedan estar de acuerdo con la opinión o tienen otro comentario. Así los niños intervendrán en el debate. 

La participación colectiva es cuando se da un tiempo para la interacción entre compañeros de equipo, en donde se resalta un comentario general de lo que han conversado. Al finalizar, el docente construye el conocimiento con sus aportes, motiva a la reflexión y profundiza sobre cuál es su relación con Dios. 

El niño manifiesta si hay situaciones cotidianas que muestran las actitudes de los personajes y qué deberían hacer frente a ello considerando sus principios religiosos. Es en este momento donde se debe poner a prueba su lado humano, de qué hacer y qué se consigue haciendo el bien y qué consecuencias origina una actitud equívoca. 

El trabajo concreto está en la actividad manual, pero para ello el niño debe dialogar con su equipo, cuál es la forma de realizarlo; es decir, coordinan y planifican. El compromiso se añade en la manualidad, puede hacer individual o grupal. También puede ser que escriban una reflexión o palabras de agradecimiento. 

Se expone todos los trabajos y se resalta la importancia de su cooperación en equipo para demostrar el valor de su esfuerzo. 

Material utilizable 

El profesor interesado en la clarificación de los valores religiosos podrá hacer mucho acopio de materiales que encuentre en sus actividades ordinarias: noticias, comentarios y fotografías de diarios y revistas; frases, textos o de preguntas provocativas y de temas de interés: fichas que describan roles en diferentes dramatizaciones; canciones. 

Los mismos alumnos pueden aportar mucho de estos materiales, a partir del cual se puede originar un diálogo didáctico. (PASCUAL 1999:58)

RESULTADOS

La capacidad extraída del DCN 2009, del área de educación religiosa de tercer grado de primaria, fue la siguiente: Descubre en la palabra de Dios, expresiones de amor y misericordia, reflexionando acerca de los mensajes bíblicos. 

Así se formuló tres indicadores que sirvieron para ejecutarlas en las sesiones de religión. Ahora presentamos los resultados de la prueba de entrada como la prueba de salida. Así se evidenciará una comparación de los logros alcanzados de cada indicador. 

1. Identifica las acciones que alejan al hombre del amor de Dios, a través de las narraciones bíblicas. 

Prueba de entrada realizada a 29 niños
AD = 0  A = 13  B = 13  C = 3  

Prueba de salida realizada a 31 niños 
AD =12  A = 18  B = 1  C = 0 

2. Describe situaciones de amor al prójimo al dialogar con sus compañeros.

Prueba de entrada realizada a 29 niños
AD = 6  A = 15  B = 7  C = 1

Prueba de salida realizada a 31 niños 
AD = 13  A = 15  B = 4  C = 0 

3. Plantea soluciones a problemas cotidianos considerando sus principios religiosos a través del diálogo. 

Prueba de entrada realizada a 29 niños
AD = 1  A = 7  B = 15  C = 6 

Prueba de salida realizada a 31 niños 
AD = 6  A = 12  B = 6  C = 1 

Para terminar lo expuesto en el artículo, las diferencias de los resultados ha demostrado que aplicando el diálogo como estrategia didáctica ha ayudado a los niños a estimular su sentido religioso frente a su existencia y propósito en la vida. 

Conclusiones 
  • Cuando se investigó sobre el sentido religioso, pudimos comprobar que en la mayoría de los casos se tiene la idea que es un tema muy complejo para ser abordado en el nivel primario; sin embargo, se conoció que esto es una capacidad innata de la persona. Por lo tanto, se debe estimular a esta capacidad trascendental en los más pequeños. 
  • El docente es el que propicia un clima de libertad y confianza en el aula para la interacción verbal en niños. Se muestra con autenticidad y busca el desarrollo integral en los estudiantes. 
  • Las sesiones de educación religiosa con la aplicación del diálogo didáctico promueve y desarrolla una conciencia moral cristiana, buscando la sinceridad consigo mismo, con Dios y con los demás. 

BIBLIOGRAFÍA
  • DE LA TORRE, Saturnino (coord.) 2002 Estrategias Didácticas Innovadora: Recursos para la formación y el cambio. Ed. Octaedro, S.L. Madrid 
  • Diseño Curricular Nacional 2009 Ministerio de Educación peruana 
  • GILLINI, Gilberto y Teresa ZANOTTI 1999 Hablar de Dios a los niños: La educación religiosa de los padres y los educadores. Ed. Sal Terrae, España 
  • GIUSSANI, Luigi 1994 El sentido religioso. Ediciones Encuentro, Madrid 2005 El sentido religioso. Fondo Editorial UCSS - Encuentro 2da edición peruana – volumen 1 2009 Educar es un riesgo, Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae 
  • PASCUAL, Antonia V. 1995 Clarificación de Valores y Desarrollo Humano: Estrategias para la Escuela Narcea. Madrid –España 
  • PÉREZ, Antonio 2006 Jesús Maestro y pedagogo. Ed. San Pablo. Venezuela 
  • PUIG, Josep M. 1999 Cómo fomentar la participación en la escuela: Propuestas de Actividades. Ed. Graó, Barcelona-España 
  • ROGERS, Carl R. 2000 El proceso de convertirse en persona: Mi técnica Terapéutica. Argentina. Ed, Paidós Buenos Aires. 1ra Edición

19 de enero de 2012

¿POR QUÉ CONSERVAR EL ÁREA DE EDUCACIÓN RELIGIOSA COMO PARTE DE LA EDUCACIÓN BÁSICA PERUANA? (parte 2)


En segundo lugar, y en consecuencia de lo precedente, el área de educación religiosa cumple un papel fundamental en el desarrollo integral del educando. La Ley General de Educación peruana define uno de los fines de la educación de la siguiente manera:


«Formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual y religiosa, promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima y su integración adecuada y crítica a la sociedad para el ejercicio de su ciudadanía en armonía con su entorno [...].
[…] destinada a favorecer el desarrollo integral del estudiante, el despliegue de sus potencialidades y el desarrollo de capacidades, conocimientos, actitudes y valores fundamentales que la persona debe poseer para actuar adecuada y eficazmente en los diversos ámbitos de la sociedad.» (MINEDU, LGE N°. 28044 Art. 9° y 29°).
Por ello, sería contraproducente excluir el área de religión, ya que sin este no habría integralidad, pues se estaría reduciendo a la persona a un nivel puramente material; es decir, no se podría desarrollar adecuadamente el aspecto moral y antropológico que involucra las mencionadas potencialidades humanas y los valores fundamentales, los cuales corresponden a la dimensión espiritual. Una educación adecuada y significativa es la que humaniza a la persona en sus dos dimensiones (cuerpo y alma), la que introduce a la realidad total. En consecuencia, el área religiosa, según lo plantea el Diseño Curricular Nacional (MINEDU, 2009:142 y 204) y el libro Orientaciones para el trabajo pedagógico: área de educación religiosa (MINEDU 2010:3), está – y debe estar – destinado a ayudar a los alumnos como un guía en el descubrimiento de su humanidad, en el encuentro con su realidad suprema que es Dios; además, en el enriquecimiento de los valores humanos y la práctica de virtudes para la realización plena de su ser en la convivencia con su comunidad.

Por otro lado, resulta necesario, a estas alturas, resaltar la decadencia actual en la que ha recaído el área de educación religiosa, la cual, no obstante, se debe a factores externos. De acuerdo a una encuesta realizada en por el diario El Comercio en julio de 2011 sobre si se debería excluir o no el área de religión de la escuela, un 77% coincidió en que sí se debería retirar por diversos motivos, los cuales se pueden resumir en tres: es innecesario para vida y la sociedad; se puede usar ese tiempo para áreas de «mayor» importancia, y porque el contenido no es inclusivo de todas las confesiones y religiones, sino solo es una catequesis disfrazada por la Iglesia Católica. Pese al nivel de subjetividad e ignorancia que se puede observar en tales comentarios, estos no carecen de realidad. El primer motivo hace referencia, en realidad, no al área en sí – aunque las personas lo confunden – sino a aquellos que lo imparten y que no muestran en sus vidas la necesidad de lo religioso; el segundo motivo se debe a que la sociedad actual – y en esto tiene gran culpa el sistema educativo que hemos estado conservando – le ha restado la importancia que merece el aspecto religioso y ha educado con esta mentalidad a las nuevas generaciones, y el tercer motivo es el factor de mayor gravedad que requiere atención urgente, pues revela una gran falta de objetividad y compromiso democrático por parte de la Iglesia Católica, que es la actual responsable de diseñar el currículo de área. Por lo tanto, mediante este escrito, se propone que se realice una restructuración de dicho currículo con la finalidad de atender a la objetividad y la verdad de lo que hemos llamado religión y, por fin, sea posible un diálogo de la fe en medio de la interculturalidad existente en el aula. Además, también «corresponde al profesor de Educación Religiosa conocer estas situaciones y elaborar la propuesta más acorde a su realidad para ayudar a los estudiantes a vivir en la tolerancia y el respeto, así como a la búsqueda del enriquecimiento mutuo y corresponsable.» (MINEDU, 2010:7).

Por último, los efectos de una educación religiosa en una sociedad – en este caso la peruana – resultan notorios y significativos al contrastarlos con los efectos de una educación laica. El contraste que se pretende no hace referencia al nivel de violencia, corrupción, pobreza o estabilidad, sino a las causas principales de estos: al nivel de moralidad, libertad y responsabilidad que existe en los ciudadanos. Entonces, es necesario entender, en principio, cuál es el propósito del estado civil en el aspecto educativo. La sociedad se ha olvidado que es ella, en libre acuerdo de los individuos, la que ha creado el estado y que este está al servicio de cada ciudadano y que debe velar y procurar su bienestar total. Por ende, comprendiendo que el ser humano no es solo materia, sino que lo estructura también una dimensión espiritual, el sistema educativo que formule el estado debe estar abocado a desarrollar y perfeccionar al ciudadano de forma integral. Esto incluye, obviamente, el área de educación religiosa. Asimismo, el factor que siempre preocupa al ser humano, la libertad, no debe quedar reducido o subyugado; por el contrario, es desarrollado y perfeccionado. El ser humano es libre e individual por naturaleza, pero también es social; en efecto, existe una interdependencia que motiva a las personas a vivir en sociedad. Por esta razón, es que es necesario establecer normas y leyes que permitan una convivencia en paz y justicia. Sin estas leyes (i.e. la moralidad, expresión religiosa de lo que es correcto) no sería posible la vida en sociedad, pues nadie es igual a otro, cada uno tiene diferente modo de pensar (individualidad). Entonces, la libertad está estrechamente ligada a la responsabilidad; todo ciudadano debe responder por sus actos y asumir el castigo por atentar contra la libertad de otro. Pero sobre todo, deberá responder ante Aquel que le dio la existencia, el Creador de la libertad y de la moral, pues «la sociedad tiene un fundamento inmediato en la naturaleza humana – que es social además de individual – y su fundamento mediato en Dios – autor de la naturaleza» (Tejada et al, 2011:114).

Contrariamente, una educación laica, que irónicamente pretende darle libertad al ciudadano y fomentar su capacidad de juicio, crea una sociedad alienante. Según este tipo de educación «la personalidad es el resultado de una espontaneidad evolutiva, sin que sea necesaria ninguna regla, sin que haya algo de lo que depender verdaderamente» (Giussani, 2009:66). De ahí que promueve una educación que no incluya ningún tipo de temas religiosos o, en todo caso, presenta todas las concepciones religiosas para que el estudiante mismo escoja, lo cual es imposible. Sin un criterio, sin una afirmación de nuestra realidad, que es lo que pretende – y así debe ser – el área de educación religiosa, los estudiantes sucumbirán ante las fuerzas externas, lo que está en boga o lo que la sociedad le impone. La consecuencia es una alienación y superficialidad total. Todo esto repercute en la personalidad de los individuos: se convierten en materialistas, desinteresados por lo trascendente y solo preocupados por el presente, por lo que le beneficia físicamente (el nihilismo, véase Borghesi, 2007:43), puesto que viendo las ambigüedades de las distintas religiones se impacienta y decide no tener ninguna relación con lo religioso. Esto es un atisbo de los efectos de una educación laica.

En síntesis, hablar de religión no es algo efímero como piensa la sociedad actual, antes bien es de suma importancia para el ser humano y su proceso de desarrollo. Etimológicamente, aquella palabra enfatiza la relación estrecha que debe tener toda persona con su realidad total, lo cual incluye el reconocimiento de Dios como fin último. Por eso, el área de educación religiosa cumple un papel relevante en el desarrollo integral de cada ser humano; es por ello que la fundamentación del área consiste a ayudar a descubrir esa segunda dimensión espiritual y de sus exigencias o potencialidades. Asimismo, el rechazo actual se debe a factores que no nacen de la religión, sino a elementos externos que deben solucionarse, mas no pueden minimizar la necesidad e importancia de la educación religiosa. Por otro lado, los efectos de una educación con énfasis en lo religioso se demuestran en la sociedad que aún mantiene aquellos principios que permiten una convivencia adecuada, en contraste con aquella que se ha degenerado críticamente por pretender ser laica.

En conclusión, resulta necesario que todas las miradas, las cuales han estado perdidas por muchos años debido a las confusas ideologías inventadas por mentes racionalistas, deban dirigirse a uno mismo. En otras palabras, la autorreflexión ayudará a reconocer la propia naturaleza y se caerá en la cuenta de que se tiene una misión en común: la perfección integral, el encuentro con nuestro fin último. La religión es la expresión de exigencia de amor, de unión con nuestro origen, con nosotros mismo.


BIBLIOGRAFÍA
Aquino, S. T. (2011). Capítulo II: El fundamento metafísico de la ética. Introducción. En R. Tejada, G. SandovaL, & G. Huertas, Ética (pág. 14). Lima: Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae.
Borguesi, M. (2007). El sujeto ausente: Educación y escuela entre el nihilismo y la memoria. Lima: Fondo editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae.
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¿POR QUÉ CONSERVAR EL ÁREA DE EDUCACIÓN RELIGIOSA COMO PARTE DE LA EDUCACIÓN BÁSICA PERUANA? (parte 1)

En el Perú está creciendo una fuerte tendencia a publicar (o imitar) leyes y normas que contradicen la moral cristiana; Es así que en la actualidad se estáproponiendo legalizar el aborto o aprobar el matrimonio homosexual. No obstante, un caso particular y de igual o mayor relevancia es la fuerte intención de eliminar el área de educación religiosa del currículo nacional; este rechazo se ha incrementado aún más debido al debate político-social que generó la aprobación de la norma que modifica la Ley de Libertad Religiosa el 13 de julio de 2011, la cual trata sobre la exoneración del área de religión. Es por esto que para el autor es de sumo interés analizar sobre la importancia para el ser humano y, por ende, la sociedad del área en cuestión y sobre sus efectos en la comunidad peruana. Se cree, pues, necesario estudiar este tema para obrar conciencia del terrible perjuicio que provocará dicha eliminación y para renovar el interés que merece el aspecto religioso. En efecto, la postura que en este escrito se defiende es la completa oposición al deseo de retirar de la educación básica peruana un área tan relevante como la religiosa. Para esto, se ha estudiado las leyes peruanas involucradas como la Ley General de Educación, la Constitución política, entre otras; además, los documentos del ministerio de educación, en especial el DCN, y una serie de libros, cuyos autores tratan desde distinto enfoques el tema de la religión y su papel en la educación.



Entonces, para sostener la postura se desarrollarán tres argumentos. El primero muestra la importancia del aspecto religioso en los seres humanos como dimensión estructural; el segundo enfatiza, como efecto del anterior, la relevancia del área de educación religiosa en el desarrollo integral del estudiante, y el tercero demuestra cuáles son los efectos de ese tipo de educación en la sociedad en contraste con aquella que no la contiene. A continuación, se desarrollará cada uno de estos.

En primer lugar, hablar de religión no es hacer un tratado sobre el «opio del pueblo», como la llamara Carlos Marx, sino sobre la estructura y criterio de vida del ser humano. Aquel sociólogo alemán opinaba lo siguiente:
«El hombre hace la religión, la religión no hace al hombre […] El hombre es su propio mundo, Estado, sociedad […] que producen la religión, como conciencia tergiversada del mundo, porque ellos son un mundo al revés. La religión […] es la realización fantasiosa del ser humano, puesto que el ser humano carece de verdadera realidad. [… ] La lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra ese mundo al que le da su aroma espiritual. La religión es […] el opio del pueblo» (MARX, trad. 1968:11).
Esta es también la opinión de la sociedad actual, post-modernista, que minimiza lo religioso considerándolo como una actividad ilusoria, no realista ni relevante a la vida diaria – se ha convertido en objetos que se usan como adorno o en una serie de feriados a los que, por tradición, hay que considerar –; solo es importante vivir el presente sin principios morales universales, vale lo que es útil. Lo anterior es consecuencia de la «evolución» histórica de una serie de ideologías, como la marxista, que han degenerado la definición original y el objetivo de la palabra religión. Hoy en día existen muchos enfoques o perspectivas para definir ese término; no obstante, el camino eficaz para conocer su verdadero significado es por medio de su etimología, la raíz de su origen. Según Cicerón, religión viene del latín religio que se deriva de re-ligere, el cual significa «estar atento, considerar y observar, mantenerse unidos»; es decir, el estar consciente de un Poder más alto, y según el apologista Lactancio derivaba de re-ligare, que significa «atar, mantener junto» (Dhavamony, s.f.:1). Entonces, uniendo ambos, religión es una relación unida, duradera y real con lo divino: el hombre está conectado con Dios por el lazo de la religiosidad. Esta última no es expresión de la materia, el cuerpo, sino de la otra dimensión estructural humana: el alma, lo que nos diferencia de los demás seres vivos. Es lo que somos, lo que nos constituye humanos y Sin él solo seríamos animales u objetos inertes; en consecuencia, sería imposible comprender conceptos como amor, felicidad, belleza, moral, justicia, vida o muerte, no discerniríamos entre lo bueno y lo malo.
A todo esto, puede saltar una pregunta: ¿no es la razón la que guía al ser humano en su conducta diaria? La respuesta es sí, por exigencia del alma, cuyo objetivo se dirige hacia la obtención y comprensión de la felicidad total, Dios, a través de lo bueno correspondiente a su naturaleza, sin perjudicar a los demás; esto es, una conducta correcta constante. Santo Tomás de Aquino dijo: «El bien es la primera realidad advertida por la razón práctica, por la razón que plantea y dirige la conducta» (Tejada et al, 2011:14). Por ello, la razón es la herramienta fundamental que usa el ser humano para conseguir lo que su sentido religioso, la expresión del alma, le exige por naturaleza: la relación con el origen y sostén de su vida, su Creador. En otras palabras, la realización plena del hombre a lo largo de su vida, obtenible solo por una comprensión de su origen, de su naturaleza y del Bien al que tiende, es de lo que trata la religión. No debe confundirse este concepto con doctrinas, dogmas o grupos de creyentes; al menos no es lo que en esencia significa.

¿Es el maestro un filósofo? En: RIESGO DE EDUCAR.

RESEÑA CRÍTICA

BUENDÍA, Cesar. Año 5. Numero 9, 2010, pp. 13-26.

Para toda persona que por vocación trabaja o estudia educación, le resultará importante, con relación a su desarrollo como docente, lo escrito por el padre Cesar Buendía en este artículo. En efecto, la forma en cómo presenta el trabajo y el perfil de un verdadero maestro llama la atención desde el principio y más cuando se adentra uno en la lectura. Y es que el autor, de nacionalidad española, es también docente: fue profesor del Seminario Menor, el colegio Claret, entre otras instituciones educativas y actualmente enseña en la Universidad Católica Sedes Sapientiae; es Doctor en Teología y Licenciado en Filosofía y Letras, Pedagogía.

El artículo, de trece páginas, fue publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Católica Sedes Sapientiae en la revista mencionada arriba, de la Facultad de Educación. Consta de tres partes: la primera trata sobre maestro como filósofo; la segunda son apuntes sobre asuntos relacionados a lo anterior, que complementan o refuerzan el artículo, y la tercera es la conclusión que enmarca todos conceptos presentados en el desarrollo en una propuesta final. Una presentación de imágenes y notas al pie de página completan el texto.

¿Es el maestro un filósofo? ¡Sí! Tanto el filósofo como el maestro tienen el mismo objetivo: buscar la verdad, amarla y darla generosamente a otros. Buendía relaciona de manera muy sistemática el papel que desempeña el maestro en la sociedad con el ideal de la filosofía y también el de la Iglesia. En base a ese concepto va a presentar todas las características del perfil de un verdadero educador: El maestro tiene deseo de verdad, ama la verdad y el bien, es digno de máxima confianza, da el sentido de la vida, es un don para la sociedad, su misión es sagrada porque es la obra de Dios, merece honra, corrige en valores, es el que ama. Cada una de estas características son expuestas por el sacerdote de manera correlativa para declarar con toda firmeza, aunque ya lo venía haciendo en el transcurso, que el maestro es un filósofo, uno que no simplemente explica la verdad, sino que la presenta para que la realidad cambie. Los dos apuntes que siguen son análogos a la hipótesis del autor: en el primero relaciona los criterios de la teología pastoral con los del educador demostrando, con ello, que el papel del maestro es el mismo que el de la iglesia: la enseñanza de la verdad, es decir, Dios mismo; en el segundo, reflexiona sobre los diversos modelos educativos que se han llevado a cabo, pero que no han logrado el objetivo en su totalidad.

Dos son los aspectos más significativos de este artículo. En primer lugar, es beneficioso la forma en cómo Buendía ha expresado sus conceptos, ya que son fáciles de entender; es decir, el usa un lenguaje sencillo que favorece al lector el entendimiento del tema, que no es superfluo, sino profundo; efectivamente, uno llega a comprender que el maestro es un filósofo no en la teoría, sino en la práctica permanente de su objetivo y que, por ello, la educación tiene un valor muy grande. En segundo lugar, el método de «ir paso a paso», esto es, explicar poco a poco el porqué de la respuesta a la pregunta del tema facilita la aceptación puesto que mediante la lógica, el análisis y la experiencia se cae en la cuenta de que es verdad todo lo expuesto.

El artículo que se comentó aquí es una significativa contribución a la comprensión de la importancia vital del maestro y en general de la educación, en la cual no debe faltar Dios, ya que no sería una educación verdadera, no se buscaría la verdad. Es crucial que se dé a conocer este tipo de reflexiones, pues tratan de lo que atañe a todos, de nuestro desarrollo como personas. Además, ayuda al que se está preparando para ser docente, y al que ya está ejerciendo, a tomar conciencia de la responsabilidad que está tomando en sus manos y que, por tanto, debe tomarla con mucha seriedad y pasión.

Referencias:
Pintura de Jan Steen "El maestro de escuela".